lunes, 7 de mayo de 2012

Llegar tarde, no a las 4 de la mañana

Eres más lista que yo. A ti no te frenó el orgullo para pedirme que volviera. Yo solo me limité a no poner resistencia. Igual que te dije un no sensato para que no te convirtieras en lo que no deseo que seas nunca para mi; te dije un si honesto porque una vez más creí lo nunca me has dicho.
Recuerdo la fuerza que llegué hacer para que me lo preguntaras otra vez,  por última vez ¿que quieres?  porque si tenia la respuesta.
La tengo desde esa noche que fuimos a tomar un helado. Yo llevaba una camiseta tuya que quería quedarme hasta que me contaste que era un regalo. No me quedo con las cosas de los demás, por miserable que me llames, no lo hago. Y cuando estábamos en ese banquito delante del mar, mientras tu mirabas no sé donde y yo estaba abrazada a ti quise decírtelo; pero mi boca jamás ha ordenado estas palabras y no sé pronunciarlas, ni siquiera sé como suena algo así dicho por mi y tuve miedo de que no me salieran.
Tres cosas: quiero estar contigo, no te quiero compartir y quiero que me digas siempre la verdad. Tres deseos que no supe pedir a tiempo. Me los tuve que tragar porque cuando yo quise decirlo a ti ya te había dejado de importar la pregunta. Eso si fue llegar tarde.

No hay comentarios:

Publicar un comentario