lunes, 18 de junio de 2012

No me rindo

A nosotras ya sólo nos queda lo de tumbarse bajo el sol y esperar que el único calor incapaces de evitar nos funda el hielo que nos recubre y aparezca la piel. Y quizá después de ver como florecen los almendros varias veces volvamos a sentir algo en ella. Ahora lo absurdo es cruzar los dedos esperando que la próxima sea la vencida, o algo parecido. Cuando no somos capaces ni de mostrar un ápice de la humanidad que sentimos el día que con una mirada en el retrovisor nos calibrarnos el pulso y nos hicimos bostezar para que entrara algo de aire en los pulmones. Y  hoy parece que me he vuelto medio humana, con esta camiseta tuya que llegué a odiar porqué te soñé hasta saciedad con ella puesta. A sido como tenerte cerca, creyendo que aparecerías de la nada para reclamarla y te demostraría que sigo dispuesta a escuchar otro cuento de segunda regional y a creermelo sin esfuerzo. A enseñarte hasta que punto me impregné de tu valor para salir del vacío mugriento con una sonrisa y fingir que todo esta igual, que las balas ni me rozaron. A prometer matar monstruos sin saber hacerlo y disimularlo. Porque rendirse y aceptar un mal final, es de valientes, aunque te cuenten lo contrario. Y yo en estos instantes si reboso de algo es de cobardía. Por eso no me rindo, y porque haces que valga la pena correr sin dorsal, sin mapas ni avituallamientos por el medio y que no me sienta estúpida por ello si después de cruzar la meta, mientras a otros le cuelgan una medalla, la que a mi me da un vaso de agua eres tu.

2 comentarios:

  1. Que intens aquest apunt, parla d'un amor incondicional. M'encanta quan diu "A prometer matar monstruos sin saber hacerlo y disimularlo. Porque rendirse y aceptar un mal final, es de valientes". Jo també penso que aquest és un amor molt valent. Una abraçada, Nola!!

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. No tinc tant clar que sigue valent, pero incondicional segur que si. Merci guapa!

      Eliminar