sábado, 14 de abril de 2012

Manta naranja

Yo, igual que ellos, tampoco sé que hago en el sofá de tu casa tapada con una manta naranja que quisiera solo para mi y comparto con demasiados invitados. Esta vez te observo desde atrás. Oigo un mi, un re, y tu voz que intenta hacerme creer que mi presencia aquí es capaz de invocar hechos extraordinarios pero no lo consigues. No lo harías ni que fuera cierto.
Me das agua para beber mientras sonríes de pie cómo si hubieras hecho esto mil veces antes; y yo a pesar de que lo sé, querer echar el ancla en tu comedor.
Pedir por favor que tengas la capacidad de leerme la mente para que me abraces pero solo me pasas una botella con mi nombre y vas a vestirte.
Hago fuerza ciega para intentar que me digas lo que no sé si quiero escuchar. La misma palabra mía que se quedo en la puerta de tu ascensor para salvarme de esta guerra fría. Por si el juego te sale bien y encontré quién me venza por primera vez.

1 comentario:

  1. Mujer Hermosa,

    tienes una fuerza poética sorprendente.

    Es muy inspirador leerte.

    Tu forma de ver el amor da para renovarse y triunfar.

    ResponderEliminar